Con el verano, ¡comienza una nueva aventura! Un montón de días libres con tantas cosas que poder hacer.
Divertirse en el mundo, refrescándose en las piscinas y en el mar, jugando en la arena a hacer pequeñas montañas y a colar piedrecitas en el cubo de arena...
Que se te ponga la piel dorada, los mofletes rojos y te duelan los hombros de haberte quemado un poco.
Comer paella y tortilla, por las tardes granizado y helado y pasarlo megaguay. De noche a casa de la playa, comiendo en la terraza, mirando las olas del mar. Hay noches de acampada, en la que cenas en la playa, tomando bocadillos y zumos de chiringuito mientras en tu toalla, miras de lejos las cuevas de los barrancos y montañas cercanas, encendidas con las linternas de los hippies...
Arena en la cabeza y en los pies, señal del bañador, señal de las chanclas... ¡una aventura comienza!
Jeje, sé que me he pasado mucho con el discurso pero es lo que siento cada verano jej.
sábado, 23 de junio de 2012
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sábado, 23 de junio de 2012
¡Comienza una aventura!
Con el verano, ¡comienza una nueva aventura! Un montón de días libres con tantas cosas que poder hacer.
Divertirse en el mundo, refrescándose en las piscinas y en el mar, jugando en la arena a hacer pequeñas montañas y a colar piedrecitas en el cubo de arena...
Que se te ponga la piel dorada, los mofletes rojos y te duelan los hombros de haberte quemado un poco.
Comer paella y tortilla, por las tardes granizado y helado y pasarlo megaguay. De noche a casa de la playa, comiendo en la terraza, mirando las olas del mar. Hay noches de acampada, en la que cenas en la playa, tomando bocadillos y zumos de chiringuito mientras en tu toalla, miras de lejos las cuevas de los barrancos y montañas cercanas, encendidas con las linternas de los hippies...
Arena en la cabeza y en los pies, señal del bañador, señal de las chanclas... ¡una aventura comienza!
Jeje, sé que me he pasado mucho con el discurso pero es lo que siento cada verano jej.
Divertirse en el mundo, refrescándose en las piscinas y en el mar, jugando en la arena a hacer pequeñas montañas y a colar piedrecitas en el cubo de arena...
Que se te ponga la piel dorada, los mofletes rojos y te duelan los hombros de haberte quemado un poco.
Comer paella y tortilla, por las tardes granizado y helado y pasarlo megaguay. De noche a casa de la playa, comiendo en la terraza, mirando las olas del mar. Hay noches de acampada, en la que cenas en la playa, tomando bocadillos y zumos de chiringuito mientras en tu toalla, miras de lejos las cuevas de los barrancos y montañas cercanas, encendidas con las linternas de los hippies...
Arena en la cabeza y en los pies, señal del bañador, señal de las chanclas... ¡una aventura comienza!
Jeje, sé que me he pasado mucho con el discurso pero es lo que siento cada verano jej.
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Lo malo es el calor de las ciudades :D
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